AMULETOS

AMULETO DE SAN RAFAEL - SALUD, DINERO, TRABAJO, AMOR...

 

San Rafael es el ángel guardián de la humanidad por lo que cuida todas las áreas que nos involucran a diario.

Él es el Sanador Divino y nos cura de enfermedades.

Él nos proporciona abundancia cuando la economía es pobre.

Él se encarga de enseñarnos de forma rápida cuando precisamos aprender.

Él nos trae el amor cuando lo pedimos.

Él estará protegiéndonos en cualquier viaje siempre que se lo solicitemos.

“Rafael está encargado de curar la tierra, y a través de él… la tierra provee una morada para el hombre, a quien también cura”

Podemos contactar con San Rafael de multitud de maneras, pero en esta ocasión vamos a crear un amuleto que nos sirva de conexión rápida para poder realizar nuestras peticiones al tiempo que nos valga de amuleto protector.

 

Necesitas:

  • Un objeto que deseemos dedicar a San Rafael, yo prefiero una piedra semi-preciosa, por ejemplo en colgante, para llevarla siempre con nosotros. Mis piedras preferidas para este fin son la aventurina verde y el cuarzo blanco pero sirve cualquier otra piedra o cualquier objeto.
  • Una vela blanca y cerillas para encenderla.
  • Una estampita del ángel San Rafael (que podéis imprimir de Internet)

 

Antes de empezar con el ritual de conexión hay que limpiar la piedra o el objeto que elijamos ya que tienen energías adquiridas. Bastará con mantener el amuleto durante unos minutos en el humo de un incienso.

 

Ahora ya estará limpio pero aún no esta listo para su uso, el siguiente paso es sostenerlo en las manos durante al menos 15 minutos, de esta forma permitirás que el amuleto sintonice profundamente contigo y tus energías. Durante este tiempo puedes aprovechar para meditar con el o simplemente acariciarle suavemente para ver que mensajes te envía,  se trata de trasmitirle nuestra vibración y conectar con el amuleto para hacerlo nuestro.

 

El  ultimo paso consiste en dedicar el amuleto al arcángel para ello te sentarás cómodamente delante de su imagen (la sacas de Internet) y una vela blanca aun sin encender y te relajaras tomando varias respiraciones con los ojos cerrados, a continuación te visualizas rodeada por una luz blanca pura. Una vez que sientas con claridad la luz blanca imagina que esa luz de energía divina entra en ti a través de tu coronilla y se extiende por todo tu cuerpo. Siéntela en los dedos y en las palmas de tus manos y deja que pase al cristal, llenándolo de energía divina.

Es el momento de abrir los ojos y decir:

 

 “Gracias Dios, por llenar este amuleto con energía divina. Te agradezco todas tus bendiciones sobre mi, y pido que este amuleto sirva al Arcángel San Rafael. Mi deseo es estar en contacto cercano con el Arcángel San Rafael a todo momento, y deseo que este amuleto este tan lleno de su energía, que el solo contacto del mismo me conecte inmediatamente con él. De este modo dedico este amuleto al Arcángel San Rafael. Gracias Padre que me has oído.”

 

Seguidamente alzaremos las manos lo más alto posible con el amuleto y volveremos a decir las palabras anteriores. Y finalmente con las manos extendidas haremos el gesto como de ofrecimiento hacia la imagen del Arcángel que tenemos delante y volveremos a repetir las palabras por tercera y ultima vez.

 

Al terminar el amuleto junto a la estampita del Arcángel y ahora si encenderemos la vela blanca siempre con cerillas  de  madera. La vela blanca la podemos hincar en la tierra de una maceta (sin planta) o bien la podemos pegar con su propia cera en un plato blanco.

Una vez encendida la vela recitaremos la siguiente oración:

“San Miguel Arcángel a mi derecha, San Uriel a mi izquierda, San Rafael delante mío, San Gabriel a mi espalda, por debajo mío mi querida madre Maria y por encima nuestro la Divina presencia de Nuestro Señor Dios Padre Todopoderoso y muy cerca de mi corazón mi ángel de la guarda, Padre permite que los arcángeles y mi ángel de la guarda me acompañen y me protejan. Padre líbrame de todo lo malo visible o invisible. Lléname de tu fuerza y de tu luz. Gracias Padre que me has escuchado. Amen”

 

Una vez que la vela se consuma ya es el momento de ponernos nuestro amuleto como colgante. Es preferible que si hemos elegido una piedra semipreciosa quede a la altura del corazón por lo que podemos usar un cordón extensible en lugar de una cadena, de forma que podamos ajustar la altura.

 

También hay que recordar que de vez en cuando debemos limpiar de nuevo la piedra, bastará con pasarla debajo de un chorro de agua, o  mejor aun remojarla en el agua de mar. Es importante que tengamos en cuenta el elemento al que pertenece nuestro signo del zodiaco para hacer las limpiezas por ejemplo:

Si somos signo de agua (Piscis, Cáncer o Escorpio) utilizaremos primordialmente agua de mar para las limpiezas.

Si somos signo de fuego (aries, leo o sagitario) utilizaremos el fuego, es decir, pasaremos la piedra por encima de la llama de una vela blanca (sin quemarla) y después de usar la vela para la limpieza la apagaremos sin soplar (podemos usar una cuchara para apagarla) y esta vela nos servirá para mas limpiezas.

Si somos signo de tierra (tauro, virgo o capricornio) utilizaremos la tierra o la arena para la limpieza.

Si somos un signo de aire (géminis, libra o acuario) usaremos el humo de un incienso (preferiblemente de salvia, romero o sándalo) para limpiar el cristal.

Además es necesario recargar el cristal con energía solar de vez en cuando, simplemente colocamos nuestro colgante un par de horas seguidas a la luz del sol (aunque este nublado también toma energías). Yo lo coloco en la repisa de una ventana.

 

¡¡IMPORTANTE¡¡

Aunque cada vez que queramos podemos hacer conexión con nuestro ángel únicamente con tocar, coger o acariciar el amuleto, hay que tener en cuenta que no debemos hacer contacto con él cada cinco minutos, bastara  con contactar una vez al día. Ahora se trata de agradecerle por su labor. Lo ideal es tocar el amuleto y decir “Querido Ángel Rafael yo (decir tu nombre) te amo, te bendigo y te doy las gracias. Gracias mi ángel Rafael por tus bendiciones, Gracias por tu protección, Gracias por tu ayuda.”

Todos los Ángeles actúan de manera sutil, y a veces no somos conscientes de su labor hasta que nos paramos a comparar las preocupaciones que tenían tanta importancia hacia unos meses y que ahora han pasado al olvido, en ese momento nos damos cuenta de todo lo que hace nuestro ángel entre bastidores por nosotros. Por eso es positivo tomar el hábito de agradecerle su labor regularmente. Aunque no hay que tomarlo como una obligación y  por supuesto cuando tengamos una necesidad urgente no debemos dudar en llamarle tan a menudo como necesitemos.